LLEGARON LAS BOMBAS

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Llegaron las bombas

PRELUDIO

Escenario a oscuras.
Bombardeo
Iluminación en colores de fuegos de artificio y simulación de lluvia radioactiva.
Gran silencio.
Nuevo bombardeo seguido de siseos de coches.
Ruidos de cristales rotos y un trozo de machacona melodía. Color. Sombras. Silencio.
Escena en un lugar de la tierra. Espectáculo depresivo. Un grupo de seres humanos se arrastran a ambos lados de la escena, entre suelos arenosos, calcinados.
Un hombre murciélago, con grandes alas y extrema palidez (que representa un ser llegado como observador de otro planeta) nos explica a los hombres de su esfera)
Hombre murciélago.-
Primero viene la bomba. Era la bomba superperfecta de la destrucción total. Inmediatamente después. Solo media décima de segundo después, vino la otra bomba.
Era la bomba de la paz. La bomba inmunizadora. ¿En virtud a que juego de circunstancia no llegó la primera como había sido ordenada? (Pausa larga)
¡Murieron todos ¡No, todos no! Casi todos. Quedaron unos grupos malheridos cuando vino la otra bomba. La bomba inmunizadora. ¡La bomba que era mensaje de paz, de vida nueva!.
¡Llegaba tarde… llegaba tarde! Y no tenía el poder de curar. (Voz amarga) No podía nunca llegar a curar el mal, puesto que había sido creada para evitarlo. En cambio lo estacionó. Lo hizo perdurable, desesperado. ¡Como hubiera podido hacer perdurable la salud y la paz!
Después de unos miles de años, el caos sobrevino al caos. ¿cómo? Yo fui testigo. Os contaré:
Un ciclo se cerraba sobre la tierra y otro se iniciaba exactamente igual que el anterior.
En el caos. En transición entre uno y otro ciclo, se escucharon voces. Eran las voces de los moribundos que no pudieron acabar de morir por la llegada de la segunda bomba y malvivían apegados a sus recuerdos.
Eran las voces que salían de unos cuerpos lacrados por un mal estancado e incurable.
Vamos a escucharles. A saber cual fue el fin de la vida que alumbró la vida nueva. ¿Que había podido pasar en aquel planeta redondo, de abrasadora atmósfera, que giraba y giraba y giraba…
Oiremos gemidos y una voz que clama:
Voz.-
¡Madre…madre…! piedad. ¡Tengo sed! ¡Siempre sed! ¡Mucha sed! ¡Madre!
Hombre murciélago.-
¡Ellos! ¿Oís? ¡Veréis lo que decían
Simulemos una separación entre un terreno escarpado, montañoso o simplemente una valla. Adheridas plantas secas, harinosas, que se dejarán caer al tocarlas.
A ambos lados y arrastrándose por el suelo -porque no pueden tenerse en pie- un grupo de hombres y un grupo de mujeres en idénticas o parecidas condiciones. Ropas en jirones. Carnes desnudas sangrantes. Cabellos blancos y lacios. Palidez mortal en rostros muy pintados. Sangre seca en su cara o miembros.
Un dolor físico y moral que se les hace queja, lamento, grito o sollozo entre sus recuerdos y que solo contiene de momento la clara expresión de su inteligencia que rememora un pasado más afortunado.
Estos grupos se irán adivinando unos a otros por un apremio de continuidad de la especie. Después ya se buscarán con afán, saliendo a encontrarse en la parte delantera de la escena, que puede ser un trozo de campo seco o de arenosa playa muerta.
hablan los hombres recordando. Hablan como si lo hicieran consigo mismos, aunque alguna vez de tarde en tarde se responden unos a otros.
El grupo lo pueden componer seis hombres y seis mujeres, quedando a gusto de la dirección poner más o menos.
Conforme van hablando se puede dar en fotografía el espectáculo que pasa por su imaginación al recordar.
Esto enriquecerá la obra y la procurará una acción que no puede tener dada la circunstancia.
Los personajes no estarán quietos. Intentarán, entre lamentos y sollozos, volver a la acción, pero sus cuerpos enfermos lacerados y llagados les harán fracasar a cada tentativa.
No les acompañará música de momento, sino un ruido como de eco de sus propias palabras y de un viento seco, abrasador.

1º CANTO.- HOMBRES.

1ª VOZ.-
¡Y el mar! ¿Dónde está el mar? ¡Me estoy abrasando vivo! ¡Dónde está el mar! ¡Mi cuerpo pide sumergirme en el mar! ¡Se ha secado el mar! ¡El mar curaría todas mis llagas! ¡La sal del mar! ¡El yodo del mar! ¡Se ha secado el mar!
Veremos un mar en calma. Una playa de hoy. Un caracol. Unas velas.
2ª VOZ.-
Intenta acercarse a otro barco. (Flexiona las piernas y cae) ¡Oh… Ay…! ¡¿Te acuerdas camarada? ¿Te acuerdas del as grandes y bellas pavimentaciones? Yo sí, yo sí… ¡Ay!… ¡La gran urbe pletórica de luminosa vida? ¡Rápida y difícil! ¡Los nervios de sus hombres erizados en calambre, electrizados…! ¡Era hermoso, grande! ¡Ay mi pierna!
3ª VOZ.-
Yo también… yo sí que recuerdo… ¡Y las aguas de las fuentes manantiales de las serranías, que brotaban de las piedras entre un tapiz de verdor? ¿Y aquél remanso con un lago entre las frondas? ¡Qué paz! …
Dar un trozo de serranía de rica vegetación. Un lago. Un árbol.
4ª VOZ.-
(Amarga carcajada) Callar…callar, ¡dejadlo ya! (Ríe) ¡Se habían llegado a tender puentes entre rascacielos! Ya no cambiamos. ¡Éramos tantos…! Esto tenía que suceder. Cerrar los ojos. ¡Imaginad ahora la gran ciudad, el gran motor de todos los imaginables motores. ¡Terrible! ¡Tremendo…!
Veremos un trozo de ciudad trepidante de motores.
Discursos.-
“Hombres de hoy y de mañana, va llegando vuestro momento, vuestra hora, la hora de la gran masa…”
“Míseros, que carecéis de fe en sí mismos oíd mis presagios, después de mis relatos” “Voy a imponer recursos ante la santa sede” “perfumaré los pies del más pobre…” “Cada minuto de vida laboral se firman 200.000 cheques en cierta nación. O sea 24 millones de cheques al año. O sea… o sea…”Crécete ante los obstáculos. “Pasarás a través de los montes…”
5ª VOZ.-
¡Líderes políticos o sacerdotes religiosos, confundían al hombre cada mañana, unos llevándole a divorciarse de sí mismo, otros haciéndole encontrarse, otros logrando su perdición total. Unos ensorbeciéndole mas otros humillándole. Aquellos dándole esperanzas para la eternidad. Otros matando su esperanza para proseguí la lucha por la vida. ¡Tenía que llegar una hecatombe! ¡Tenía que sufrirla el hombre!
2ª VOZ.-
¡El hombre! ¡Pobre víctima de sus contradicciones y de las del mundo entero! ¡No se qué siento. Me estoy mareando!
Pasamos a oír las voces del grupo de mujeres como segundo canto.
El sollozo más fuerte y el quejido más espectacular y gritón.

2ª CANTO.- MUJERES.

1ª VOZ.-
¿Qué habéis hecho de mis hijos, padres de mis hijos? ¡Que habéis hecho de vuestros padres, hijos de mi sangre!
¡No… no…no…!
2ªVOZ.-
¿Que habéis hecho de mis fuentes de vida hermanos? (Tocándose los pechos) ¡Secas, secas, las habéis secado! ¡Dejadme que llore!
Todas se quejan. Alguna intenta torpemente ponerse en pie sin conseguirlo.
¡Dejadme llorar! ¡Llorar conmigo!
Lloran varias
3ªVOZ.- (Muy joven)
¡Y mi amor! ¡Y su ternura! ¡Y su carne de flor! ¡Está podrida! ¿Porqué razón? ¿Porqué razón?
4ª VOZ.- (Es la más vieja)
¡Todos eran mis hijos! ¡Todos! ¡A todos me los robó la furia civilizadora! ¡A todos! ¿Qué dejasteis para recuerdo de lo que fue? ¡Esto! Llagas purulentas, miradas retorcidas. Corazones sangrantes. ¿Quién os vengará? ¿Es que no nos vengará nadie?
3ª VOZ.-
¿Contra quién hermana? ¿Contra quién?
1ª VOZ.-
¿No serás tú, por madre, culpable de toda tu prole?
4ª VOZ.- (Grita)
¡No mientas! ¡No…! ¡No fui yo quien engendró la prole que arruinaría la existencia del hombre sobre la tierra! (Llorando) Mis hijos eran dóciles, eran buenos. Mis hijos se dejaban llevar de la paz, por mi paz y por la de sus hijos. ¡No! ¡Yo no fui su madre! ¡De verdad que no lo fui!.
5ª VOZ.-
¡Destino sobre destinos! El ingenuo hombre luchaba y sudaba para ganarse el pan.
6ª VOZ.-
¡Y mientras crecían laboratorios y arsenales, depósitos explosivos, centrales atómicas, drogas y venenos.
5ª VOZ.-
Y el hombre ingenuo sin querer y sin (…)
3ª VOZ.- (Intentando reír con estúpida y triste mueca)
¡Volver al amor! ¡Cantar al amor! Yo quiero soñar, ¿Tengo derecho ¿no? ¡Bailar en la noche para él, con todo mi mundo íntimo abierto de par en par! ¡Si… eso dije! De par en par, espíritu y sentidos, ternura y compasión, abandono,,,
¡Que pasa ¿Por qué razón te ríes, di ¿Digo alguna tontería?
1ªVOZ.-
Nunca se pudo decir lo que se pensaba amiga mía. ¿No te pusieron la máscara al uso de la razón?
2ªVOZ.-
Pero ella está loca. Y eso siempre fue una manera de quitarse la máscara.
La loca intenta pegarlas y no puede. Toma una piedra para tirársela y se la deshace entre los dedos. (Llora)

3º CANTO. HOMBRES.

1ª VOZ.-
Los hijos se divorciaban de los padres y los padres de los hijos. La verdad de lo sencillo se perdía en complicaciones absurdas. ¡Que ceguera! ¿Oís? Yo diría… ¿Oís?Oigo así como voces. Voces de mujeres dolientes. ¿Oís?
2ªVOZ.-
No oigo nada. Y las matas… esas matas de cardos, apenas me dejan ver a lo lejos, ¿No deliras, hermano?
3ªVOZ.-
¡No es nada. Son las voces del viento y las engañosas voces de los sentidos que aún se atreven a pedir… Aún…!
4ªVOZ.-
Recordemos. Recuerda o sueña el que quiere olvidar su realidad y no puede conseguirlo apenas. Intentemóslo otra vez. Recordemos
Habla el más viejo del grupo
El grupo de los elegidos… de los que siempre rigen el destino de los otros, creyendo suyo el mundo, pretendió gobernar al ajeno lanzando naves espaciales a otros astros para conseguir su objeto. ¡Tremenda osadía! Recordemos, recordemos. ¡Dejad los sentidos en paz! Es el recuerdo nuestro único bálsamo, el futuro no existe.
5ª VOZ.-
Unas niñas, lugareñas, habían visto extraños seres, en éxtasis, atormentados, que rebelaban el fin de los hombres. ¿Visiones proféticas?
La pantalla nos simulará una imagen borrosa en el cielo y unas niñas arrodilladas rezando.
6ª VOZ.- (Riendo)
¡Ja, ja ja…! Eran gentes sugestionadas, que profesaban una fe fanáticamente entendida que los hacía visionarios. Mentes extraviadas, Algunos acertaron. El milagro siempre existió para asombrar al hombre.
4ª VOZ.-
No habléis de eso. ¡Me aterra! Ello viene a suponer que unas fuerzas inmensas extraterrenas, gobiernan las circunstancias de la vida en la tierra y de la vida del hombre, lanzándonos a unos contra los otros hasta su propio fín. ¡Como hoy…! ¡Me aterra! ¡Me aterra!
3ª VOZ.-
Y se estarán riendo ahora de nuestra miseria, de nuestro dolor, de nuestra última prisión, de este arrastrarnos como alimañas, por terreno abrasador. (Grita rabioso) ¡No… no… estoy encadenado a mi propia miseria…¡para siempre! ¡No…no…!
2ª VOZ.- (Muy asustado)
¡Amigos…amigos! ¿No estaremos en el infierno de los condenados? ¿No seremos ánimas del otro mundo, en pena?
3ª VOZ.-
No te engañes hermano. Estamos aún sobre la tierra. ¿No ves cómo amanece y anochece? Mira: (Toma tierra entre sus manos y la muestra) Tierra calcinada, polvo, ceniza… ¡Es la tierra fecunda de ayer convertida en ceniza por la primera bomba! ¡Estamos en la Tierra!
4ª VOZ.-
Cierto ¿No te ciega el sol? Mírale. El mismo sol que ayer iluminó y calentó la tierra, hoy alumbra su caos.
5ªVOZ.-
¡Tierra abrasada, que ya no dará frutos… no dará frutos… no dará frutos!
1ª VOZ.-
¡Acabo de escuchar de nuevo. Algo…¡parecen gritos de mujeres! ¡Son gritos de mujeres condenadas! Atención…
Se oyen quejas y voces recortadas femeninas.
5ª VOZ.-
Si… yo diría que sí. ¡Si no me doliera tato el cuerpo y el alma..! Pueden ser ilusiones… afanes de mi tormento…
6ª VOZ.-
Tiéndeme tu mano hermano. Por caridad… Deja que me proteja un momento la sombra de tu cuerpo de este sol sin piedad, de este veneno que respiro, de este aire denso… gordo… ¡Quién pudiera morir! ¡Si hasta se niega la muerte! ¡Oh, dejar de sufrir…!
4ª VOZ.-
Recordemos, recordemos… ¡Habíamos llegado al pleno goce de la existencia! En invierno producíamos calor artificial. En verano producíamos frío. Tomábamos sol a placer y nos dejábamos acariciar de las aguas del mar, de la arena dorada… de los campos de césped… ¡Callad…! (Escuchan) Si… ¡Callad… callad… dejad los sentidos! ¡Sólo el recuerdo servirá de lenitivo!
Siguen las voces femeninas y todos alegremente ansiosos llenan sus ojos de deseo, esperanza, amor.

Continuará

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Por Taifasa

Arturo Martín Neira está construyendo ésta página web para dar a conocer la obra literaria de su Madre. María Elena Neira, ya fallecida en el año 1989. Sin ánimo de lucro pero sí de resultados. Ya de momento ha sido suficiente para espolear mi afición de escribir y presentarles a ustedes los relatos de mi juventud. En esa sintonía esperamos agrupar por el interés literario a otras aventureras de la palabra.

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