Llegaron las bombas

PRELUDIO

Escenario a oscuras.

Bombardeo

Iluminación en colores de fuegos de artificio y simulación de lluvia radioactiva.

Gran silencio.

Nuevo bombardeo seguido de siseos de coches.

Ruidos de cristales rotos y un trozo de machacona melodía. Color. Sombras. Silencio.

Escena en un lugar de la tierra. Espectáculo depresivo. Un grupo de seres humanos se arrastran a ambos lados de la escena, entre suelos arenosos, calcinados.

Un hombre murciélago, con grandes alas y extrema palidez (que representa un ser llegado como observador de otro planeta) nos explica a los hombres de su esfera)

Hombre murciélago.-

Primero viene la bomba. Era la bomba superperfecta de la destrucción total. Inmediatamente después. Solo media décima de segundo después, vino la otra bomba.

Era la bomba de la paz. La bomba inmunizadora. ¿En virtud a que juego de circunstancia no llegó la primera como había sido ordenada? (Pausa larga)

¡Murieron todos ¡No, todos no! Casi todos. Quedaron unos grupos malheridos cuando vino la otra bomba. La bomba inmunizadora. ¡La bomba que era mensaje de paz, de vida nueva!.

¡Llegaba tarde… llegaba tarde! Y no tenía el poder de curar. (Voz amarga) No podía nunca llegar a curar el mal, puesto que había sido creada para evitarlo. En cambio lo estacionó. Lo hizo perdurable, desesperado. ¡Como hubiera podido hacer perdurable la salud y la paz!

Después de unos miles de años, el caos sobrevino al caos. ¿cómo? Yo fui testigo. Os contaré:

Un ciclo se cerraba sobre la tierra y otro se iniciaba exactamente igual que el anterior.

En el caos. En transición entre uno y otro ciclo, se escucharon voces. Eran las voces de los moribundos que no pudieron acabar de morir por la llegada de la segunda bomba y malvivían apegados a sus recuerdos.

Eran las voces que salían de unos cuerpos lacrados por un mal estancado e incurable.

Vamos a escucharles. A saber cual fue el fin de la vida que alumbró la vida nueva. ¿Que había podido pasar en aquel planeta redondo, de abrasadora atmósfera, que giraba y giraba y giraba…

Oiremos gemidos y una voz que clama:

Voz.-

¡Madre…madre…! piedad. ¡Tengo sed! ¡Siempre sed! ¡Mucha sed! ¡Madre!

Hombre murciélago.-

¡Ellos! ¿Oís? ¡Veréis lo que decían

Simulemos una separación entre un terreno escarpado, montañoso o simplemente una valla. Adheridas plantas secas, harinosas, que se dejarán caer al tocarlas.

A ambos lados y arrastrándose por el suelo -porque no pueden tenerse en pie- un grupo de hombres y un grupo de mujeres en idénticas o parecidas condiciones. Ropas en jirones. Carnes desnudas sangrantes. Cabellos blancos y lacios. Palidez mortal en rostros muy pintados. Sangre seca en su cara o miembros.

Un dolor físico y moral que se les hace queja, lamento, grito o sollozo entre sus recuerdos y que solo contiene de momento la clara expresión de su inteligencia que rememora un pasado más afortunado.

Estos grupos se irán adivinando unos a otros por un apremio de continuidad de la especie. Después ya se buscarán con afán, saliendo a encontrarse en la parte delantera de la escena, que puede ser un trozo de campo seco o de arenosa playa muerta.

hablan los hombres recordando. Hablan como si lo hicieran consigo mismos, aunque alguna vez de tarde en tarde se responden unos a otros.

El grupo lo pueden componer seis hombres y seis mujeres, quedando a gusto de la dirección poner más o menos.

Conforme van hablando se puede dar en fotografía el espectáculo que pasa por su imaginación al recordar.

Esto enriquecerá la obra y la procurará una acción que no puede tener dada la circunstancia.

Los personajes no estarán quietos. Intentarán, entre lamentos y sollozos, volver a la acción, pero sus cuerpos enfermos lacerados y llagados les harán fracasar a cada tentativa.

No les acompañará música de momento, sino un ruido como de eco de sus propias palabras y de un viento seco, abrasador.

1º CANTO.- HOMBRES.

1ª VOZ.-

¡Y el mar! ¿Dónde está el mar? ¡Me estoy abrasando vivo! ¡Dónde está el mar! ¡Mi cuerpo pide sumergirme en el mar! ¡Se ha secado el mar! ¡El mar curaría todas mis llagas! ¡La sal del mar! ¡El yodo del mar! ¡Se ha secado el mar!

Veremos un mar en calma. Una playa de hoy. Un caracol. Unas velas.

2ª VOZ.-

Intenta acercarse a otro barco. (Flexiona las piernas y cae) ¡Oh… Ay…! ¡¿Te acuerdas camarada? ¿Te acuerdas del as grandes y bellas pavimentaciones? Yo sí, yo sí… ¡Ay!… ¡La gran urbe pletórica de luminosa vida? ¡Rápida y difícil! ¡Los nervios de sus hombres erizados en calambre, electrizados…! ¡Era hermoso, grande! ¡Ay mi pierna!

3ª VOZ.-

Yo también… yo sí que recuerdo… ¡Y las aguas de las fuentes manantiales de las serranías, que brotaban de las piedras entre un tapiz de verdor? ¿Y aquél remanso con un lago entre las frondas? ¡Qué paz! …

Dar un trozo de serranía de rica vegetación. Un lago. Un árbol.

4ª VOZ.-

(Amarga carcajada) Callar…callar, ¡dejadlo ya! (Ríe) ¡Se habían llegado a tender puentes entre rascacielos! Ya no cambiamos. ¡Éramos tantos…! Esto tenía que suceder. Cerrar los ojos. ¡Imaginad ahora la gran ciudad, el gran motor de todos los imaginables motores. ¡Terrible! ¡Tremendo…!

Veremos un trozo de ciudad trepidante de motores.

Discursos.-

Hombres de hoy y de mañana, va llegando vuestro momento, vuestra hora, la hora de la gran masa…”

Míseros, que carecéis de fe en sí mismos oíd mis presagios, después de mis relatos” “Voy a imponer recursos ante la santa sede” “perfumaré los pies del más pobre…” “Cada minuto de vida laboral se firman 200.000 cheques en cierta nación. O sea 24 millones de cheques al año. O sea… o sea…”Crécete ante los obstáculos. “Pasarás a través de los montes…”

5ª VOZ.-

¡Líderes políticos o sacerdotes religiosos, confundían al hombre cada mañana, unos llevándole a divorciarse de sí mismo, otros haciéndole encontrarse, otros logrando su perdición total. Unos ensorbeciéndole mas otros humillándole. Aquellos dándole esperanzas para la eternidad. Otros matando su esperanza para proseguír la lucha por la vida. ¡Tenía que llegar una hecatombe! ¡Tenía que sufrirla el hombre!

2ª VOZ.-

¡El hombre! ¡Pobre víctima de sus contradicciones y de las del mundo entero! ¡No se qué siento. Me estoy mareando!

Pasamos a oír las voces del grupo de mujeres como segundo canto.

El sollozo más fuerte y el quejido más espectacular y gritón.

2ª CANTO.- MUJERES.

1ª VOZ.-

¿Qué habéis hecho de mis hijos, padres de mis hijos? ¡Que habéis hecho de vuestros padres, hijos de mi sangre!

¡No… no…no…!

2ªVOZ.-

¿Que habéis hecho de mis fuentes de vida hermanos? (Tocándose los pechos) ¡Secas, secas, las habéis secado! ¡Dejadme que llore!

Todas se quejan. Alguna intenta torpemente ponerse en pie sin conseguirlo.

¡Dejadme llorar! ¡Llorar conmigo!

Lloran varias

3ªVOZ.- (Muy joven)

¡Y mi amor! ¡Y su ternura! ¡Y su carne de flor! ¡Está podrida! ¿Porqué razón? ¿Porqué razón?

4ª VOZ.- (Es la más vieja)

¡Todos eran mis hijos! ¡Todos! ¡A todos me los robó la furia civilizadora! ¡A todos! ¿Qué dejasteis para recuerdo de lo que fue? ¡Esto! Llagas purulentas, miradas retorcidas. Corazones sangrantes. ¿Quién os vengará? ¿Es que no nos vengará nadie?

3ª VOZ.-

¿Contra quién hermana? ¿Contra quién?

1ª VOZ.-

¿No serás tú, por madre, culpable de toda tu prole?

4ª VOZ.- (Grita)

¡No mientas! ¡No…! ¡No fui yo quien engendró la prole que arruinaría la existencia del hombre sobre la tierra! (Llorando) Mis hijos eran dóciles, eran buenos. Mis hijos se dejaban llevar de la paz, por mi paz y por la de sus hijos. ¡No! ¡Yo no fui su madre! ¡De verdad que no lo fui!.

5ª VOZ.-

¡Destino sobre destinos! El ingenuo hombre luchaba y sudaba para ganarse el pan.

6ª VOZ.-

¡Y mientras crecían laboratorios y arsenales, depósitos explosivos, centrales atómicas, drogas y venenos.

5ª VOZ.-

Y el hombre ingenuo sin querer y sin (…)

3ª VOZ.- (Intentando reír con estúpida y triste mueca)

¡Volver al amor! ¡Cantar al amor! Yo quiero soñar, ¿Tengo derecho ¿no? ¡Bailar en la noche para él, con todo mi mundo íntimo abierto de par en par! ¡Si… eso dije! De par en par, espíritu y sentidos, ternura y compasión, abandono,,,

¡Que pasa ¿Por qué razón te ríes, di ¿Digo alguna tontería?

1ªVOZ.-

Nunca se pudo decir lo que se pensaba amiga mía. ¿No te pusieron la máscara al uso de la razón?

2ªVOZ.-

Pero ella está loca. Y eso siempre fue una manera de quitarse la máscara.

 

La loca intenta pegarlas y no puede. Toma una piedra para tirársela y se la deshace entre los dedos. (Llora)

3º CANTO. HOMBRES.

1ª VOZ.-

Los hijos se divorciaban de los padres y los padres de los hijos. La verdad de lo sencillo se perdía en complicaciones absurdas. ¡Que ceguera! ¿Oís? Yo diría… ¿Oís?Oigo así como voces. Voces de mujeres dolientes. ¿Oís?

2ªVOZ.-

No oigo nada. Y las matas… esas matas de cardos, apenas me dejan ver a lo lejos, ¿No deliras, hermano?

3ªVOZ.-

¡No es nada. Son las voces del viento y las engañosas voces de los sentidos que aún se atreven a pedir… Aún…!

4ªVOZ.-

Recordemos. Recuerda o sueña el que quiere olvidar su realidad y no puede conseguirlo apenas. Intentemóslo otra vez. Recordemos

Habla el más viejo del grupo

El grupo de los elegidos… de los que siempre rigen el destino de los otros, creyendo suyo el mundo, pretendió gobernar al ajeno lanzando naves espaciales a otros astros para conseguir su objeto. ¡Tremenda osadía! Recordemos, recordemos. ¡Dejad los sentidos en paz! Es el recuerdo nuestro único bálsamo, el futuro no existe.

5ª VOZ.-

Unas niñas, lugareñas, habían visto extraños seres, en éxtasis, atormentados, que rebelaban el fin de los hombres. ¿Visiones proféticas?

La pantalla nos simulará una imagen borrosa en el cielo y unas niñas arrodilladas rezando.

6ª VOZ.- (Riendo)

¡Ja, ja ja…! Eran gentes sugestionadas, que profesaban una fe fanáticamente entendida que los hacía visionarios. Mentes extraviadas, Algunos acertaron. El milagro siempre existió para asombrar al hombre.

4ª VOZ.-

No habléis de eso. ¡Me aterra! Ello viene a suponer que unas fuerzas inmensas extraterrenas, gobiernan las circunstancias de la vida en la tierra y de la vida del hombre, lanzándonos a unos contra los otros hasta su propio fín. ¡Como hoy…! ¡Me aterra! ¡Me aterra!

3ª VOZ.-

Y se estarán riendo ahora de nuestra miseria, de nuestro dolor, de nuestra última prisión, de este arrastrarnos como alimañas, por terreno abrasador. (Grita rabioso) ¡No… no… estoy encadenado a mi propia miseria…¡para siempre! ¡No…no…!

2ª VOZ.- (Muy asustado)

¡Amigos…amigos! ¿No estaremos en el infierno de los condenados? ¿No seremos ánimas del otro mundo, en pena?

3ª VOZ.-

No te engañes hermano. Estamos aún sobre la tierra. ¿No ves cómo amanece y anochece? Mira: (Toma tierra entre sus manos y la muestra) Tierra calcinada, polvo, ceniza… ¡Es la tierra fecunda de ayer convertida en ceniza por la primera bomba! ¡Estamos en la Tierra!

4ª VOZ.-

Cierto ¿No te ciega el sol? Mírale. El mismo sol que ayer iluminó y calentó la tierra, hoy alumbra su caos.

5ªVOZ.-

¡Tierra abrasada, que ya no dará frutos… no dará frutos… no dará frutos!

1ª VOZ.-

¡Acabo de escuchar de nuevo. Algo…¡parecen gritos de mujeres! ¡Son gritos de mujeres condenadas! Atención…

Se oyen quejas y voces recortadas femeninas.

5ª VOZ.-

Si… yo diría que sí. ¡Si no me doliera tato el cuerpo y el alma..! Pueden ser ilusiones… afanes de mi tormento…

6ª VOZ.-

Tiéndeme tu mano hermano. Por caridad… Deja que me proteja un momento la sombra de tu cuerpo de este sol sin piedad, de este veneno que respiro, de este aire denso… gordo… ¡Quién pudiera morir! ¡Si hasta se niega la muerte! ¡Oh, dejar de sufrir…!

4ª VOZ.-

Recordemos, recordemos… ¡Habíamos llegado al pleno goce de la existencia! En invierno producíamos calor artificial. En verano producíamos frío. Tomábamos sol a placer y nos dejábamos acariciar de las aguas del mar, de la arena dorada… de los campos de césped… ¡Callad…! (Escuchan) Si… ¡Callad… callad… dejad los sentidos! ¡Sólo el recuerdo servirá de lenitivo!

Siguen las voces femeninas y todos alegremente ansiosos llenan sus ojos de deseo, esperanza, amor.

4º CANTO.- MUJERES


1º VOZ.-
Ya se curaba todo. No había secretos para la medicina. No había milagros para la ciencia. El hombre extirpaba el dolor de la tierra o lo segaba con su bisturí. El hombre retaba hasta los elementos de la naturaleza. Y ahora…qué.
2ª VOZ
¡Olor de carne podrida! ¡Dolor (…) Microbios alimentados por microbios, mientras nosotras ni comer necesitamos ya, para vivir, ¿Porqué y cómo siguen latiendo nuestros corazones?
3ª VOZ.-
¡Dolor obsesivo, constante, eterno…! ¡Ay, que yo había nacido para el amor! ¡Ay, que me estoy abrasando en cuerpo y alma! ¡Ay, que un poco de amor apagaría un momento esta sed! ¡Yo eternizaría el momento. ¡Lo se! ¡Huelo a hombre! ¡Huelo a amor!
4ª VOZ.- (Arrullando un manojo de trapos)
¡Duerme mi niño, duerme! ¡Duerme mi niño sano! ¡Ay, que le bañé esta mañana en bañera de nieve y de cristal y de pronto su baño se calcinó, se calcinó su cuna y él se quedó en un suspiro, en sollozo, en vapor… ¡Mi niño! ¡Mi niño, que ni duerme, ni despierta, ni llora ni ríe, ni crece ni juega! ¡Mi niño, mi niño! ¡Si pudierais por caridad hacerle reír!
5ªVOZ.-
¡Madre, madre! No sufras más. ¡Madre, muérete de una vez y déjame a mí ya morir en paz! ¡Agua, agua, agua…!
6ªVOZ.-
¿Y si criáramos de nuevo? ¿Y si hiciéramos hijos sanos? ¡Hijos que en su día curen las llagas de toda la tierra! ¡Eso, sí. ánimo. Avancemos. ¡Pronto llegaremos a la fuente de la vida y beberemos!
¿Beberéis vosotras que sois jóvenes. Yo no tengo garganta!
4ªVOZ.-
¡No hay hombres mujer. Hemos sido castigados a la separación del sexo. ¿Quién jugó con nosotros así?
5ªVOZ.-
¡Sí hay hombres! al otro lado de las matas. Y tal vez agua para beber. Y amor donde saciados. ¡Quién sabe!
1ªVOZ.-
¡Locas! ¡Dejadlo ya! Conformaros con el recuerdo. Cantemos rezando mientras podemos los viejos tiempos! ¿Recuerdas? Jugábamos a que éramos mayores. Mecíamos en nuestros brazos muñecos de plástico que sabían a carne. Luego empezábamos a jugar al amor. Hasta que un día en la entraña gobernó el instinto de la especie. Entonces nos dedicábamos a hacer hijos para llenar la tierra. ¡Hijos que reían, hijos!
5ª VOZ.-
¡Volvería a hacer hijos! Ya os digo que hay hombres muy cerca, muy cerca. Escuchad, ya nos vamos acercando. ¿Veis las matas aquellas? Allí… detrás, vamos, hijas, vamos, vamos.
3ª VOZ.-
¡Hombres! ¡Amor! ¡Esperanza!
4ª VOZ.-
¡Hijos! ¡Otra vez hijos!
5ª VOZ
¡Vamos, vamos, vamos…! fecundidad, tierra virgen. Tierra nueva! ¿Tierra labrada! ¡Tierra poblada! Compasión y pasión. Amor y bienestar. ¡Agua…!
Unos y otros se van acercando. Alargan ansiosos el brazo que no se posa en la tierra. Lloran y ríen de emoción. Ellas se arreglan el pelo. los harapos de su cuerpo.
Ellos gritan y ríen también. Las plantas que van tocando desaparecen cual si fueran polvo, se secaran o se volvieran ceniza.
Aún no se ven.

 



5ª CANTO.- HOMBRES


1ª VOZ.-
¡No! ¡No puede ser! No llegaremos nunca! ¡Es un espejismo! Estamos ya sufriendo condena eterna.
2ª VOZ
No seas bobo. Nos hablaban de condena espiritual. Era el alma quien padecía infinitas torturas. Esto es la carne. ¡Huele mi brazo! ¡Carne corrompida, carcomida…! ¡Hiende!
Al olerse a sí mismo, se marea.
4ª VOZ.-
El padecimiento del alma está en su temor a perecer. Es el terror a un probable desaparecer, a una total desintegración de la materia, lo que nos mantiene vivos y alerta. Pero somos muertos. Muertos sobre la tierra muerta.
1ª VOZ.-
Tal vez con un milagro de aquellos… ¡si se hiciera de verdad el espejismo! ¡esas voces de mujer…!
6ª VOZ.-
¡Que goce perdido este! ¡El goce aquél de la paz de los muertos!
1ª VOZ.-
No puede ser. Nada puede ser ya. ¡Y sin embargo…! ¿Esperanza?
3ª VOZ.-
¡Ja… ja… ja…! ¡Lo que estoy descubriendo! La muerte implica la vida y la vida implica la muerte.
Sin morir no hay vivir. Sin vivir no hay morir. Somos espíritus sufriendo condena. No somos vivos ni muertos.
2ª VOZ.-
Eso es verdad. Tortura infernal padecemos, paciente, eterna…
3ª VOZ.-
Huelo a mujeres. Se acercan. Las siento. Las oigo. ¿Y si procreamos? ¿Y si hacemos que brote de nuevo llama entres cenizas?. Ellas darán a luz los nuevos seres de la tierra. ¿Tendremos fuerzas, hermanos?
4ª VOZ.-
De nuevo la pregunta. La pregunta sin respuesta. Tortura infernal. ¡El miedo a perecer y el deseo de renacer con el imperativo de saberse existiendo, no nos deja acabar de morir.
5ª VOZ.-
¡Está llegando el deseo!. ¡Engaño infernal ¡Extravío de mentes enfermas! ¡sentir que somos gozando hasta en el dolor!
6ª VOZ.-
¡Mujeres, sí, mujeres! ¡No estamos solos! Hay otro grupo muy cerca y son mujeres… o… almas en pena también.

 



6º CANTO .-

 


MUJERES.- HOMBRES.-
1ª VOZ.- (MUJER)
Pronto nacerás hijo. Me nacerás. Tendrás un hermano rubio y una hermana morena. Labraréis la tierra calcinada. Oraréis y lloverá. Lloverá— lloverá…
4ª VOZ.- (HOMBRE)
Yo tenía un amor. Era mujer de sangre caliente y manos frías acariciantes. ¡Ah, cada año alumbraba en frutos su árbol maduro! ¡Frutos que se pudrieron!
Sin embargo… la vida puede otra vez ser parte de mi savia, ¡Mujer de manos frías, calientes o abrasadas, ven!
2ª VOZ.- (Mujer)
¿Será verdad? ¿Volverán a brotar los manantiales si el amor se hace milagro?
3ª VOZ.- (Mujer)
Amaré. Llegaré a él con una flor en el pelo. Cantaré…
Canta muy suavemente.
1ª VOZ.- (Hombre)
Ánimo. Las veo. No desfallecer. Miraré hacia adelante!.
1ª VOZ.- (Mujer))
¡Oh, dolor, os arrastráis con su podredumbre. Espantoso. Como nosotros.
2ª VOZ.- (Hombre)
¡Están ahí! ¡Vedlas! ¡No son bellas, ni sanas, ni jóvenes!. Lepra, piltrafa humana. harapientas, dolientes…
3ª VOZ.- (Hombre)
Te engañas. Yo las veo hermosas y jóvenes. A medida de mi deseo, hermano.
6ª VOZ.- (Mujer) (emocionada)
¡Callad hijas, no hagáis ruido. No os asustéis ni los asustéis. No importan ellos ni nosotras. Son hijos nuevos y sanos lo que buscamos para llenar otra vez la tierra. Adelante…
3ª VOZ.- (Mujer)
¡Amor, amor! ¡Volver a ser. Volver a sentir. Tener algo mío.
5ª VOZ.- (Hombre)
¿Producirá placer? ¿Aquél viejo y lejano placer?
6ª VOZ.- (Hombre)
¡Que importa eso! ¡Es sabernos vivos lo que queremos! ¡Es sentirnos hombres lo que buscamos! ¡Es hacer hijos de nuevo! ¡Es sabernos capaces de reproducirnos! ¡Ser hombres! ¡Sufrir por algo! ¡Nacer y morir!
Ellos y ellas prosiguen su avance, arañando la tierra y desesperándose de impaciencia.
Mientras tanto desde un ángulo nos habla el hombre murciélago.

HOMBRE MURCIÉLAGO.-


¿Creéis que podrán? ¿No les engaña el deseo? ¿Se puede remediar lo irremediable? ¿Y si al fin murieran felices, abrazados unos a otros? ¿Y si al fin murieran todos humanamente amando?, ¿Morir? Bella palabra. Bella palabra para los terrenos, equivale a descanso y tránsito. ¡Bella palabra! ¿Y quien ha dicho que quien muere muere del todo? ¡Disparate!. ¿Quién ha dicho que se pierde del todo la conciencia del ser? La de sentir sí. La de ser no. ¡No! ¿Quién ha dicho que el ser no continúe en la gota de rocío? ¿En el cáliz de la rosa? ¿En el grano de arena? ¿En la hierba que crece?
¡Mirad, ya se van. Se soñaron superiores y no pueden despertar. ¡Se ven como se desean!. El amor y el dolor los transfigura.
El Hombre murciélago se encuentra sólo sobre la tierra. Mira asombrado en torno. Todo se ha transformando a su alrededor. Empieza a llover sobre la tierra. Crece de nuevo la hierba. Surge un árbol de la tierra. Cruza la escena algún animalillo. Canta un jilguero y un grillo.
Suave ruido.-Armonía de instrumentos de cuerda. Melodías. Música concreta
Hombre murciélago.-
¿Llueve? ¿Pero es posible que llueva en la tierra? ¡Albricias! ¡Es agua! ¡Es un agua que moja! ¡Llueve! ¿Llueve sin nubes, desde lo más alto? ¡Si! ¡Una lluvia misteriosa empapa la tierra calcinada por la primera bomba! ¡Alegría! ¡Alegría! ¡Llueve de nuevo sobre la tierra!
¡Que misterio profundo me rodea!
¡Yo te saludo, agua!.
¿Que ocurrió? Esperad:
Murieron todos los hombres que quedaban. Murieron al fin. ¡Aquel miserable y desgraciado grupo de seres humanos! ¡Murieron al intentar con sus cuerpos enfermos y desmayados, un esfuerzo creador inútil. ¡Mas dolor y más angustia! ¡Y al fin, la bienhechora muerte! ¡Al fin la liberadora muerte! ¡Al fin la paz! Y se hizo la noche. Al amanecer la tierra estaba completamente vacía. No había nada ya. No había nadie. Yo lo vi. todo. Yo; espectador asombrado en tierra de nadie, recorrí todos los lugares. Crucé, salté, volé… ¡Nada! Cual paraje maldito y castigado, la tierra había quedado sola, dando vueltas y vueltas en el infinito.
Hoy, con el nuevo amanecer llegó la lluvia. ¿La veis? ¿La sentís? (Extiende los brazos) ¡Mirad como riega y fertiliza los campos! ¡Mirad como profundiza y empapa la tierral ¡Mirad como corre, se hacen regueros, se forman remansos.
Música.
¡Mirad como aflora la sal en las hondonadas, sobre ella se mueven larvas y gusanos diminutos, pececillos y vida… Y ahora asombroso, lo cubre el agua. ¡Mirad, como van a juntarse regueros, riachuelos y ríos en la gran hondonada. Mirad como avanzan formando cataratas las aguas que se despeñan desde las montañas. (Grita) ¡Se están formando los mares! ¡Se están formando lo mares!
Mirad: un gusano aquí en mi mano, en mi propia mano. ¿Una ínfima clase de vida terrestre?¿No? Inferior pero vida al fin. ¡Ved que ya piso la hierbal ¡Ved, como crecen los árbo1es! Cruza una rata. Esta cantando un grillo, una cigarra. Suena el agua en su carrera. ¡Canta un jilguero en su rama! Renace la melodía, el ritmo, la armonía de la tierra…! ¡Huele a tomillo! Huele a cantueso… a monte! ¡Mirad, una mata de claveles ¡La flor! ¡La flor!. ¡La flor!
Mediante cine o ruidos y música especial se podrá dar más fuerza a la palabra. Sin embargo queda a gusto del Director de escena.
Sube del suelo la hierba y el árbol. Cruza una rata y cantan los animales que cita el hombre murciélago.
¡Potencias infinitas! ¡Espíritus del bien) ¡Cuna de dioses o Dios único! ¡Gran señor de la vida! ¡Quien quiera que seáis, por favor! Enviad vuestro espíritu sobre la tierra para que a ella torne la inteligencia. ¡Un ser que piense! ¡Un ser que piense antes que la jauría salvaje se despedace con ira y se coma la flor).
El hombre asombrado y maravillado clama al cielo.
¡Un ser que rija los destinos de las criaturas! ¡Un hermano mayor! ¡Semejante al hombre que se fue sí… semejante pero distinto! ¡Otro hombre! ¡Otra clase de hombre mejor! ¡Menos soberbio! Más puro y más sencillo. Incapaz de labrar con su mente, su propia y total destrucci6n, ¡Pronto, pronto) ¡Calmaos animalillos! ¡No estaréis solos!¡Clamad conmigo!¡Nos tienen que escuchar! ¡Un hombre! ¡Otra clase de hombre! ¡Un hombre mejor! ¡Más niño y más hermano! ¡Que no se dañe a si mismo por ambicioso! ¡Que no pretenda asumir el mando y la dirección de hermanos hombres y hermanos animales, robándoles el libre albedrío que de Ti recibieron!¡Que no aproveche la fuerza de su inteligencia para castigar, condenar ni encarcelar empleando torturas complicadas para atormentar a su hermano! ¡Que no lo quiera todo, para si! ¡Que viva en paz con su conciencia recta y no pretenda descubrir el átomo ni llegar a la luna! ¡Que camine de la mano de todos los hombres sean blancos, negros, aceitunados o amarillos! ¿Y no podrían tener todos el mismo color? ¿Para que no haya lío cuando la tierra se les quede pequeña?…
¡Potencias creadoras! ¡Un hombre para la tierra!. ¡Un hombre que ara y que labra! ¡Un hombre que se alimente de plantas y frutos y no sea carnívoro ¡Señor, que no mate! ¡Que no pretenda el horrible acto de hacer seres por su cuenta con despojos de cadáveres! ¡Que no remate a unos para dar la vida a otros!. ¡Que deje en su sitio el milagro y no se mate en nombre de la ciencia donde no le concierne..!.
¡Clamad conmigo, clamad!
Coro interior recita a compás con él.
¡Un ser inteligente, desinteresado y noble! ¡Que no mate!. ¡Que no sea carnívoro! ¡Que no merezca vivir con el castigo agarrado a sus espaldas, desde vuestro “más allá”. ¡Que acepte vuestra misteriosa incógnita! ¡Feliz, amando y riendo! ¡Que agradezca unos dones recibidos y los sepa devolver en torno suyo! ¡Que disfrute en paz del paraíso terrenal y no merezca la condena de la muerte!
Se hace una oscuridad total.

EL NUEVO PARAÍSO TERRENAL

Dos jóvenes semi desnudos, fuertes y alegres juegan a saltar el tronco da un arbusto y a tirar a la onda.
Cinco niñas de quince años con guirnaldas de flores entre sus largas cabelleras, se persiguen entre la falda como si jugaran al aurí, riendo y cruzando de vez en cuando la escena.
Tolo.-
Está visto. Hoy te gano en todo.
(Salta)
El otro lo hace también pero fracasa, pues lleva un ramo de flores bajo el brazo que le resta libertad movimiento. Todos se ríen de él y tiran piedras.
Tolo.-
¡Gáname a esto. Te reto. Mira donde llega.
Sabi.-
Espera. Voy a demostrarte que soy capaz de llegar tan lejos como tú o más.
(Tira la piedra y vuelve a fracasar)
Tolo.-
¡Pero hombre! ¡Como vas a llegar! Deja eso que llevas bajo el brazo y que tanto parece importarte. ¡Tendrá libre el movimiento! Anda, déjalo en el suelo. ¿Se puede saber de que se trata?
El fruto es un racimo de plátanos
Sabi.-
No puedo dejarlo. Se dañaría.
Tolo.-
¿Que es eso? Bonito. Nunca lo vi parecido.
Sabi.-
Es el buen fruto de un árbol bello. Se come. Verás. Prueba. Te advierto que es maravilla pura.
(Le da un plátano. El otro muerde la cáscara y rehuye)
Tolo.-
¡Y dice que es bueno!
Sabi.-
(Riendo) No hombre, verás: Lo primero que se hace es quitarlo la piel. Así (Se la quita y le ofrece) come ahora y ya me dirás.
Tolo.- (Admirado)
¡Sabroso! ¡Delicioso!
(Pero enseguida su expresión se transforma en glotonería, egoísmo y ambición)
¿Me lo vas a dar, verdad? Anda… Pronto… Yo lo quiero ¡No! ¡Todo entero para mí!
Sabi.- (Sorprendido y riendo)
¡Con que si! ¿eh? Ahora resulta que lo quiere todo. Bueno mira: Voy a darte parte ¿te conviene?
¡Toma! (Intenta partir algunos) ¿Quedarás conforme y contento?
Tolo.-
No, no me conformo con unos cuantos. No me contento tan fácilmente. Ese gran racimo tiene que ser entero para mi. ¿Te enteras? (Autoritario) ¡Suéltalo he dicho!
Sabi.-
¿Cómo? ¡Que…!¡No estás bien!
Tolo amenaza.
Tolo.-
Vamos, venga. Dámelo, entero…
Sabi.-
¿Por qué? ¿No lo tomé yo del árbol? ¿No lo descubrí yo? ¿No me subí arriba y me arañé las piernas para llegar a la copa? Esto es mío. Muy mío. No se como no lo entiendes. No veo la razón para ponerse así.
Tolo.-
¡No hay más razón que mí deseo! ¡Si no me lo das por las buenas me lo das por las malas y ahora mismo. ¡Lo quiero!
De una zancadilla y con movimiento rápido y traidor, le tira al suelo. Ruedan plátanos y el racimo queda en manos de Tolo.
Sabi intenta defenderse y ambos luchan por lo mismo.
Sabi.- (Jadeante)
Espera un momento. No merece la pena enemistarnos por esta tontería. Es mejor que intentes seguir mis razones. Además hay muchos árboles cargados de este fruto cremoso. Admite que es mío y que hiciste mal en querer arrebatármelo y te lo doy entero y voy a buscar otro nuevo para la Gran Madre.
Tolo.-
¡Ni hablar! ¡Me lo das ahora y luego… allá tú…
Vuelven de nuevo a pelear.
En esto aparece un hombre maduro con una porra de palo. Ve engreído cual si fuera una autoridad que estrena mando.
Hombre.-
¡Quietos los dos! ¡Quiero saber que pasa aquí! ¿Por qué razón peleáis?
Ellos se paran y lo miren asombrados.
¿No sabéis que se han reunido los grandes para inventar un tribunal ordenador y justiciero? Puedo daros un buen porrazo a cada uno. Sabed que tengo atribuciones
Se yergue con cara de estúpido. Tolo muy listo se hace cargo enseguida de le situación y quiere aprovecharse.
Tolo.-
Pues mira: Yo tenía esto ¿sabes? Era mío y muy mío. Lo acababa de coger de un bello árbol. Allí… abajo… en la planicie. Y este astuto trataba de arrebatármelo, golpeándome a traición.
Sabi.- (Asombrado)
No es cierto. Miente. El fruto es mío. Era él quien me lo quería arrebatar.
Tolo.-
¡Horror! ¡No sé como puede ser tan cínico. ¡Mira, mira la cara de hipócrita que pone! ¿Te convences? ¡Con lo que me costó subir al árbol ¡Fíjate en los arañazos de mis piernas!
Hombre.-
¡Granuja) ¡Quítate de mi vista! No… Vamos a darle escarmiento. ¡Hay que impedir que sucedan estas cosas! Anda amigo, sujétale y le breamos un poco, sí… ¡para que sea más fácil después, conducirle ante e1 tribunal justiciero. Allí preguntan a las dos partes. ¿Sabes? O sea tienes que acompañarme tu también. Más no temas, yo te ayudo. En cuanto a este, mejor que vaya sumiso.
Mientras dice esto Tolo, siempre rápido, vivo y traidor, ha sujetado al otro con las manos a la espalda y su pie entre las piernas impidiendo movimientos defensivos.
Sabi.-
No, no…¡Suelta Tolo! No hagas broma. Yo no hice nada malo. Di que es verdad.
El hombre le da con la porra con constante saña. Sabi como fuerte y sano lo soporta con alta moral. Sin perder personalidad anta el golpe y aguantando heróico. Al fin grita:
Sabi.-
¡Madre! ¡madre ¡madre.
Se acerca una mujer, la madre de la gran familia primera de la tierra.
Madre.-
¡Deteneros! ¿Qué hacéis? ¿De que se trata? ¿Y quien eres tú para pegar a tu hermano ni tu para sujetarle? ¡Suéltalo inmediatamente. Y tú…dame esa porra. ¿Por qué razón la llevas?
Hombre.-
¡Que pasa! ¡Soy el representante de la justicia terrenal! Hemos formado el gran Tribunal justiciero y yo, tengo que llevar ante él, a todo el que cometa inmoralidades.
Madre.-
¿Inmoralidades? ¿Qué quiere decir eso
Hombre.-
Delitos y pecados.
Madre.-
¡Delitos y pecados! No entiendo eso tampoco.
Hombre.-
Los delitos son los actos contrarios a los intereses de los que forman el tribunal, que son los más listos de la tierra.
Madre.- (Poniéndose ambas manos en la cabeza)
¡Locura. Orgullo. Soberbia. Palabras vacías que cobrarán vida falsa enseguida. Tri…bu… nal… Mo.. .ra,,, li….dad De.. .Ii..tos… ¡Horror! ¡Estáis tentando al propio Creador de la vida! ¡Os estáis rebelando!
Hombre.-
Te equivocas. Nosotros no. Ellos. Los que puedan llevarnos la contraria.
Madre.-
Una sola cosa se nos ha pedido a cambio de tantos dones: “No dañarás a tu hermano. No lo traicionarás. Caminarás con él de la mano sin diferencias y os repartiréis los frutos del paraíso. Si cumplís viviréis. Si no cumplís moriréis.
Hombre.-
Pero si alguno no quiere cumplir, ¿habrá que obligarle no?
Madre.
¡Nunca! Su conducta porta el Bien. Y ante el Bien que le rodea, el Bien que del cielo recibe y por el Bien de los demás, él y sólo él, volverá enseguida sobre sus pasos. Habéis tentado el poder del infinito poder creador, que está por encima del raciocinio humano.
Tolo se arrepiente, se avergüenza y cubre sus ojos con las manos.
Hombre.-
(Desentendiéndose)¡Y a mí que me cuentas! Eso al padre y a los que con él crearon el Tribunal. Yo soy un mandado.
Madre.-
¡Un tribunal para juzgar a vuestro semejante! ¿Con qué derecho? ¿Como habéis podido ingeniar tan absurda barbaridad?
La madre habla llena de ira y dignidad.
Tolo:
¡Ese brazo que ha pegado y esos labios que han mentido, pueden atraer la ira del cielo.
Hombre.-
Ese falso tribunal, que pretende juzgar a los otros y castigarlos después, va contra la autoridad del Creador. ¿Y si ahora nos castiga? ¿Y si nos arroja del paraíso? ¿Y si nos abandona a nuestras fuerzas humanas dejándonos a la intemperie ante la fuerza de los elementos y la tempestad de los mares? ¡Arrepentimiento pido! Daros la mano y volver a reír y a jugar. Y vosotros pensad que la justicia sólo le incumbe a é1, a Aquél que nos da la vida. Sed buenos hijos, sed buenos.
Lo jóvenes se abrazan llorando y riendo, Sabi pone en brazos de Tolo el racimo de plátanos y é1 a su vez, los entrega a la gran madre, que los reparte entre todos por igual. En este momento llegan las niñas llorando y formando con sus brazos camilla para una de ellas.
Madre.-
¡Que ocurre! ¡Que temo! ¡No…!
Niñas.-
¡Gran Madre, gran madre, mira: No despierta la niña!
Madre.-
(Acercándose con temor, presagiando el peor mal) ¡Todo lo espero, todo! ¡Todo lo temo, todo! ¡Todo lo acepto, todo!
Niña mayor.-
Madre. La niña se ha dormido de repente y no sabe despertar.
Madre- (Tocando su frente pálida, escuchando el latir del corazón apartando los cabellos de su frente)
¡Es la muerte! ¡Dejadla en el suelo y darla cada uno un beso en la frente!
Todos.-
(Horrorizados) ¡Es la muerte!
Madre.-
Ya lo tenemos aquí. La enfermedad y la muerte. Nos la hemos merecido.
Tolo.-
La niña hermosa. ¿Por mi culpa?
Madre.-
Se os había repetido tanto! ¿Que habéis hecho? ¿Como habéis podido desobedecer así? (Llora) Antes fué la manzana, el fruto del árbol prohibido: “No tocarás el árbol del bien y del mal’. Ahora el amor al hermano. Habéis quebrantado la ley del amor. “No dañarás a tu hermano’. El hombre ha sido traicionado por el hombre. Y el hombre ha creado organismos de venganza. Ahora, todos a llorar. Todos a sufrir las consecuencias. Todos a luchar con los elementos. A sufrir una condena y tal vez, a merecer unos cuantos inocentes, promesa de perdón y salvación para los más…
En este instante entra un joven muy asustado como una exhalación. Lleva un garrote en la mano y no obstante pretende esconderse.
Madre,.
Y ahora ¿a ti, que te ocurre?
Nedi.-
¡Escondeos! ¡Los animales se han vuelto salvajes y amenazan despedazarnos con sus enormes mandíbulas. ¡Defendeos…! ¡Hay que buscar el modo de matarlos o apresarlos o nos despedazarán y nos comerán como a mi pobre hermano! ¡Temed… escondeos..!.
Madre.-
¡Calma, calma! ¡A sufrir con calma nuestra condena! ¡Venid todos conmigo! ¡Ya estamos solos! ¡Perdón, perdón, perdón!
Suenan truenos y cruzan relámpagos por la escena. Se bambolea el suelo produciéndose temblores. Chocan las olas del mar.
Todos aterrados se acogen a la Gran madre.
Un lobo enseña los dientes.
Silva el viento y se oye el mar.
Madre:.
¡Se están desatando los elementos y los animales retan salvajes a los hombres! ¡La voluntad del cielo es dejarnos solos, libres y expuestos a un continuo cruce de circunstancias benignas o adversas entre hombres, animales, tempestades, volcanes y terremotos! Ya estamos solos, solos…
Como niños aterrados buscan cobijo unos. Otros se esconden y otros huyen.

Iluminado el hombre murciélago nos habla:
Hombre murciélago.-
¡Tenía que ser así! ¡La tierra no tiene remedio! ¡Es demasiado hermosa! ¡Es demasiado bella! Con sus frutos, sus aromas, sus prados, sus melodías:
Esclaviza los sentidos de los hombres y debilita su voluntad. El hombre no sabe, ni quiere, ni puede liberarse de tan fuerte influjo. ¡Y por gozarla y sentirla mejor se extravía en busca de nuevos secretos.!
¡Sí! ¡Era el destino de los hombres que pueblan la tierra!
¡Y la vida marchó de nuevo tras la muerte !
¿Y la muerte marchó de nuevo tras la vida?
¡Y la inteligencia superior desesperada, de sus habitantes, retorciendo su entender y su poder, ante el sensual patrimonio colmado de animales, vegetales y minerales, buscó ventajes, aprovechándose de la debilidad mental del hermano débil y el animal. Indefenso!
¡Y el hombre volvió a ser, el mayor enemigo del hombre!
Nació el poder. Volvió la injusticia. Se crearon fuertes organismos que velaban porque se llevaran a cabo, disciplinadamente, las más grandes injusticias.
Mil tentadores caminos para desviarse del camino recto y ascendente. Y a ser más que el hermano. y atarle con cadenas o ponerle una gran mole a cada paso.
Después y a su medida, sea crearon unos valores y sus antagónicos, para que la gran fuerza de su contradicción hiciera más compleja su conducta. Y el fuerte se apoyó en el débil batiendo circunstancias favorables contra el hermano. Y el débil se apoyó en el fuerte, para medrar, encizañar y cubrirse a su sombra. Por la noche ambos decían: ¡Yo me culpo. Yo me culpo! Y besaban compungidos, sumisos o arrepentidos, relicario, imagen, ídolo, estandarte… ¡Por la mañana afilaban uñas o espadines, preparaban sus armas o sus cepos y a la lucha! Como entonces. Como siempre.
Habiéndose ganado la enfermedad y la muerte con su proceder y lejos ya, del paraíso, al hombre le pareció muy poco y se castigó a si mismo con el hambre y con la guerra.
—Ya que tenga que morir, morir matando—, dijeron, mentes fuertes de cuerpos débiles. Y siempre renegando de su destino, pero embriagados con el poder de su inteligencia, empezó de nuevo a inventar, transformar, trasplantar, enloquecer…
Desilusionado regreso a mi pequeño planeta. Aquí, donde seres también inteligentes, pero con mentalidad diferente y un marco externo menos bello y sensual, viven, piensan sueñan, sienten, crean y aman, Sin gozar fracaso del vencido, sin sufrir y sin morir. Sin castigo. Sin dolor.
Seres sin ambiciones. Seres cuya única libertad apetecible, consiste en volar sobre sus sueños y felices contemplarles. Sin necesidad de alcanzarlos y gozarlos para destruirlos. Sueños superiores. Sueños no materiales ni sensuales. Ellos no me entenderían amigos. No son sueños de abeja sino de mariposa. Volando por todos los horizontes, cruzamos sin quemarnos las alas, esferas o protoesferas. Con metas luminosas, alegres y puras que no hieren ni cortan la libertad de los demás. Seres alados cuya imaginación potente no requiere motores para cruzar inasequibles fronteras espaciales.
Así yo, soñando la tierra un día, volé hacia ella y la viví. Y contando a mis hermanos de esta manera, lo que en la tierra hallé..

F I N,

Por Taifasa

Página literaria. Página web dirigida por Arturo Martín Neira. Cuyos objetivos son la publicación y difusión de literatura inédita. Actualmente se están publicando: Obras teatrales de María Elena Neira, (Segovia 1914-Madrid 1998) Cuentos y relatos de Arturo Martín Neira. (Madrid 1955)